1972: Victoriano Diego Gómez, tiroteado por la BPS

1972: Victoriano Diego Gómez, tiroteado por la BPS
"Fue un orgullo vivir todo aquello"
"Fue un orgullo vivir todo aquello"
“Fue un orgullo vivir todo aquello”

Luis Puicercús “Putxi”*. LQSomos. Enero 2015

Recuerdos de lucha y resistencia contra el franquismo

Victoriano Diego Gómez fue un militante del Partido Comunista de España (marxista-leninista) y de la Oposición Sindical Obrera (OSO), ambas organizaciones integradas en el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP).

El 23 de octubre de 1972, cuando se encontraba repartiendo octavillas de su organización junto a otros compañeros, por los alrededores de CASA (Construcciones Aeronáuticas) en el barrio de Villaverde, tuvo lugar una agresión policial contra Victoriano, que a punto estuvo de costarle la vida.

Hoy, 42 años después, tenemos la oportunidad de hablar con Victoriano, de 67 años, en la primera entrevista que concede a un medio de comunicación desde que acontecieron aquellos hechos. Tan solo existe una referencia a su agresión en el libro de 2009 “Propaganda ilegal”, que tuve el privilegio de escribir. Otras referencias, en alguna publicación o página web, dan a Victoriano como “muerto” aquel 23 de octubre, algo que le produce risa a nuestro compañero.

A este redactor, antiguo camarada de Victoriano, y con el que mantiene una entrañable amistad, le sigue impresionando su presencia, recordando que, por unos pocos centímetros, estuvimos a punto de perderlo.

LQSomos: ¿Qué recuerdas de aquel día?

Victoriano: Eran las siete y media de la mañana del lunes, 23 de octubre. Recuerdo el día de la semana que era porque el día anterior había asistido a un partido de fútbol y conservaba todavía la entrada en un bolsillo. La acción consistía en un reparto de octavillas en la Estación de Villaverde Bajo, para apoyar desde la OSO la huelga que se estaba gestando en la empresa CASA. En realidad la acción era lo que se consideraba una “siembra” masiva cada vez que arribaba un tren a la estación. Éramos cuatro los integrantes del “comando”: dos compañeros de la empresa MACOSA, Mari Cruz (mi compañera en aquel momento) y yo. Mi cometido en aquella acción era la de vigilar la acción y proteger a los compañeros. Este tipo de acciones, los repartos masivos y audaces de propaganda eran lo más gratificante, ya que se recibía una respuesta excelente por parte de la gente a quien le llegaba… era quizás lo mejor que hacíamos.

LQSomos: ¿Cómo fue la detención?

Victoriano: De repente irrumpieron en la Estación dos jóvenes miembros de la Brigada Político Social (la militancia clandestina nos dotaba de una especie de “instinto”, vamos que los “olíamos” a distancia) y se fueron a por Mari Cruz, a la que detuvieron. Me fui a por ellos y después de unos cuantos golpes (yo estaba en una excelente forma física… y además era tornero… estaba como un “toro”) logré que soltaran a mi compañera. A continuación emprendí la huída subiendo una escalera que comunicaba con la salida. Apenas di cuatro pasos, cuando uno de los policías, rodilla en tierra (según vieron los compañeros, paralizados por los disparos e incapaces de huir), sosteniendo su pistola con ambas manos y apuntando a mi espalda, disparó varios tiros contra mí, vaciando el cargador. El resultado del tiroteo fue que una de las balas me entró por la espalda y me salió por la zona estomacal, aunque no fui consciente de ello en ningún momento.

LQSomos: ¿No fuiste consciente de que te habían disparado?

Victoriano: En ningún momento. Además, no sentía ningún dolor. Yo seguí corriendo para alejarme cuanto antes de los policías. Sentí que me iba cansado de una manera anormal y después de haber recorrido un largo trecho, perdí las fuerzas y caí al suelo. En unos segundos los policías estaban allí. Como no perdí en ningún momento el conocimiento percibí con toda claridad que estaban “acojonados”… no hay que olvidar que diez días antes la Guardia Civil había asesinado a Pedro Patiño, miembro de Comisiones Obreras. El caso es que al ver mi estado, uno de los “sociales” le dijo a su compañero, el que me había disparado y que se apellidaba Lobo o le apodaban “Lobo”: “No jodas… ¡otro!”.

LQSomos: ¿Te trasladaron a un hospital?

Victoriano y el autor de la entrevista
Victoriano y el autor de la entrevista

Victoriano: Primero me trasladaron en un jeep de la policía a la Casa de Socorro de Villaverde, donde me hicieron una especie de primera cura, para trasladarme después en una ambulancia al Hospital de La Paz, donde me operaron de urgencia. Según me dijeron horas después, la bala siguió una trayectoria ascendente con entrada por la zona renal y salida por el estómago. La bala hizo algunos destrozos: perforó tres veces el intestino delgado y otras tantas el grueso. Bueno, el caso es que me remendaron como pudieron y diez días después me trasladaron a la Dirección General de Seguridad, donde tuve el dudoso privilegio de ser interrogado por Saturnino Yagüe, responsable de la Brigada Regional de la Brigada Político Social. Me internaron durante un mes en el Hospital Penitenciario de Carabanchel, situado enfrente de la cárcel.

LQSomos: ¿Cómo fue tu itinerario judicial posterior?

Victoriano: Desde el Hospital me pasaron a la Tercera Galería de Carabanchel, donde permanecí unos días. Después, gracias a los buenos oficios de Fernando Salas, uno de nuestros abogados solidarios, salí en libertad y “me exilé” en Barcelona, por lo que no asistí al juicio que tuvo lugar un año después y en el que me acusaban de propaganda Ilegal y agresión a un policía. Seguí militando en el FRAP y no regresé a Madrid hasta que fue concedida la amnistía en 1977. No tengo noticias de que en esos años estuviese en busca y captura.

LQSomos: Después de todos estos años, ¿cómo valoras lo que te ocurrió?

Victoriano: Bueno, todo lo que me ocurrió a mí y a otros compañeros (palizas, torturas, cárcel, asesinatos…) formaba parte “de la militancia” que decíamos… era algo que asumíamos y que nos dotaba, posiblemente, de un temple especial… algunos decían que éramos algo así como unos “guerrilleros”, unos “bolcheviques”… y tenían razón. Yo me considero un sobreviviente de todo aquello y una parte integrante de lo que pasó. Fue un orgullo vivir todo aquello.

Bueno, vuelve a hablar el redactor. Después de entrevistar a nuestro compañero quedan un par de cosas que decir de las que Victoriano no fue

consciente en su día.

La primera de ellas es que a los pocos días de conocer la agresión a Victoriano, Luis de las Barreras, compañero suyo y responsable de la OSO donde militaba Victoriano, creó un poema en memoria de su camarada tiroteado:

Camarada Victoriano, que sobre ti dispararon cuando ibas
al tren de CASA de Vanguardias bien cargado.

Ibais varios camaradas a vuestra misión derechos,
cuando sonaron disparos que te dieron en el pecho.

Somos miles, camarada, los que por España entera
arriesgamos nuestras vidas vendiendo Vanguardia Obrera.

Y en la Chrysler y en Standard y en Pegaso y en John Deere
saben que la propaganda del Partido llega así.

Luis puso “Vanguardia Obrera”, órgano de expresión del PCE (m-l), en lugar de “octavilla” para que rimase mejor y propagar así nuestras señas
de identidad.

Posteriormente, este poema se cantó utilizando la música de una conocida canción brasileña dedicada a un militante trotskista y campesino, asesinado en Brasil y más conocido como “camarada Jeremías”.

La canción apenas tuvo trascendencia a causa de que la dirección del Partido le dijo posteriormente a Luis que “las canciones se dedicaban a los camaradas que habían muerto, no a los vivos”. Por esa razón, el poema no vio la luz hasta la edición de “Propaganda ilegal” y hoy a través de nuestra Web.

La otra cuestión es que, cuando me detuvieron, el día 26 de octubre, a los tres días de la agresión, y a causa del desmantelamiento de la imprenta clandestina del Partido de la que formaba parte, desconocía la caída de Victoriano.

Curiosamente, me enteré del hecho cuando me trasladaron a la DGS. Allí percibí cierta alteración entre los “sociales” por mi presencia, entrando y saliendo de la estancia en que me encontraba a la espera de que “me diesen entrada oficial”.

Uno de ellos se acercó y me dijo: “Un camarada tuyo ha atacado a un compañero nuestro con una navaja, hace unos días”… Para acabar entre risas: “pero le hemos dejado bien servido”.

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* Luis Puicercús es miembro de la Asamblea de redacción de LQSomos

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