Daniel de Cullá “poémes”

Daniel de Cullá “poémes”

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Daniel de Cullá. LQSomos. Marzo 2015

Antes que Valentín, Priapo

-“¿Qué tal, hijo amado,
Qué tal, Valentinito
Has cuidado bien
De tu pajarito?
El padre que vio
Milagro tan glande,
Al señor obispo
Trató de avisarle.”
-Copla de Ciego

Antes que Valentín, Príapo
Pues en el amor como en las creencias
Todo es falso
Que, en todos los tiempos
Ha habido amantes falsos y perversos
Pues Amor no se atiene a hombres cuerdos
Y a ninguna Vesta le ha gustado
Hacer sexo
Con dioses nacidos hombres lerdos.
El sexo en la mujer que se cree
Tan bruja o hechicera
Es una calumnia
Para el Orgasmo del hombre
Que yo me he bajado muchas veces
Para meterla y sacarla con bien
A salvas de un riesgo
La lengua en el coño de Vesta
Y le he puesto la oreja derecha
Que es por la que mejor oigo
Escuchándole decir entre labios
Que “el miembro de todos esos dioses
Que os creéis hombre
No es más que morcilla de Cardeña, en Burgos
O chorizo de Cantimpalos, en Segovia”.
Y yo me digo, exclamando
En punto tan delicado:
Qué de juicios más estúpidos
Han levantado las falsas Chirlomirlas
De artistas consagrados
Haciéndonos creer lo negro del pelo, blanco
Como con aquella Marilyn Monroe
En ”Con faldas y a lo loco”
Ocultando, fácilmente descubriendo
Su braga blanca
Haciendo que “Los caballeros las prefieren rubias”
De Anita Loos
Eleven sus penes geriátricos
Andando y lentamente mirando
(No es menester que se diga a qué objeto).
Que Amor habla una lengua viperina
Es una puta verdad
Pues se muestra con graves sentimientos
Sí, dando chasco, las más de las veces
Al diosezuelo entrante
Que despierta siempre sorprendido
En poniente.
Que la Jumenta maldice al Asno
Que la apriapa sin quererlo
Y más, cuando a la opción primera del sexo
Amor se atiene a cualquier agujero
Tragándose agitado
Un pene en pena, por ejemplo
y diciendo:
“¿Qué buen pienso va a darse nuestro dios, eh?
Y para sus adentros:
“Ya se relame el hijo puta este….
Ya se acerca….
Ya llega…
¡Qué asco¡….
Que mierda sorprendida en sueños
De Cuentos de Hadas
O “Las Mil y Una Noches”, en arabesco
Ver a Vesta apoderarse de un miembro
En la Taberna Culo de Gloria
O en el piso de citas
De cualquier edificio global
Es como ver al Inquisidor General
Encender la hoguera
Donde asar a brujos y hechiceras
A no creyentes en majaderías impuestas
Y acostarse, después
Cumplida su misión criminal bendecida por la Iglesia
De propagador de la muerte
Divinamente en la cama
Para coger a su “santa esposa”
Y, apretándola,
Llevarla para Huesca
Levantándole la falda
Con su falso testigo entre dos huevos
Delator infame y perverso
De esa legitimidad de heredar la tierra
Esperando ese divino cuesco tan tremendo
Que despertará a curas y frailes
A novicias y novicios de conventos
Entre campanas
Que resuenan la aventura, una vez más
No de Valentín
Pero sí, la de Vesta con Príapo.

Madre: hija, te has casado con un bandolero
hija: madre, yo le quiero

Esta es la historia en Copla de Ciego
De Francisco Ríos González “el Pernales”
Ladrón castigante y amante, para unos
Y para otros, congoja y carne de presidio
Que en zaga no va
A cuantos bandoleros creó la Iberia.
Vivió señalado por los “Arpías”
Agentes de la autoridad
Antojado por esposas y grilletes.
No era muy arbolado, pero sí
Pequeño, sagaz y astuto
Con unos ojos azules plenos de sagacidad
Un verdadero manazas
Que apandillaba la flor de la bandolería.
Fornicaba como ninguno
Y se jugaba a su mujer
A los dados o a las chapas.
También, era armadillo
Que daba dinero a otros
Jornaleros y braceros
Para que no se arrodillaran ante la desgracia
Sonando a campanillas de gloria
Los cinco o seis reales regalados
En sus bolsillos.
Campanillas que despertaban el diente
De los perros cortijeros
Que siempre están de centinela
Inquietando el sueño de caciques
Y la mansedumbre del bracero
Cubriendo y protegiendo a las mancebas
Desde Estepa a Puente Genil
Desde Puente Genil a Lucena
Un vasto campo donde explayarse
Cual atalaya, ladrón arrogante
Atorigando, cogiendo y hurtando
Sin retóricas frases ni lisonjas
Con fusil recortado o navaja limonera
En villas, en cortijos, en aldeas
Mostrando el bandolero su hombría:
“- ¿Qué hace usté aquí, Pernale
Maldito en el corral?
– Los amores de mi amada
Por aquí me hacen rondar”
Con visos de valor y poesía
Dando pruebas manifiestas
De su audacia de algarín
Ladrón de la aceituna.

Nacido en la calle de la Alcoba
En Estepa, diócesis y provincia de Sevilla
Y bautizado en la iglesia parroquial
De santa María de la Asunción la Mayor
Saltando, de pequeño
Tapias y cercados
Como un san Juan de la Cruz
La tapia de conventos de novicias
Ejerciendo de cabrero
Un día, en Puente Genil
Viendo cómo a su padre en el cuartelillo
Le abrían la cabeza
De un fuerte culatazo
Poniéndole las costillas
Como nueces en costal
Juró odio eterno a los “Arpías”
Cumpliendo su deber bueno o malo de vengarlo
Recordando que a la sombra de un pesebre limpio
Le enseñó su padre
Lo que vale un bandolero en todo tiempo
(Un ser humano bien útil
A la raza andaluza, a la raza hispana).
Saliendo con sus ojos avizores
Y cabalgando Relámpago, su caballo
Atravesando los olivares
Soñadores de la recolección
Y la molienda de la aceityuna.

Va bailando a cortijeros y caciques
Atracando a maleantes del público Erario
Ladronzuelos, ladronazos
Que hurtan al jornalero y al bracero
Por el procedimiento del bajamano
Señalándoles con una mano
Mientras que la otra se aprovecha de algo
Ofreciendo éstos su sudor y lágrimas
Al cacique, al Estado
Que exclama:
-“ ¡Ay¡ ¿Qué queréis, Pernale?
Dios mío, ¿Qué gente es ésta?
-Venimos a degollar
Si no entregáis la moneda”

Él quería, también, tirarse a la Bartola
Volviendo a sentir del corazón
Su entrañable latido
Y en la casa de la calle de el Toril
Se enamora de María de las Nieves Pilar
Con quien casó y cumplió con maleante amor
Consagrado por la Iglesia
En legítimo matrimonio
Como así dispone de Trento el Santo Concilio
Tocándole obscenamente, tentándola
Palpándola, sobándola
Y de sus manazas brotando hostias como panes
Sobre todo cuando viene mamado
De “bala-rasa”, aguardiente malo
Como cuentan de él las beatas de la iglesia
Que dicen le decía puta, marrana
Dándole tal paliza
Que los huesos le descoyuntara
Y si las niñas con sus lloros despertaban
Su siesta de bandolero blasfemo
Con mala sangre y extrema gravedad
Las cogía por las piernas
Bajándoles los vestiditos
Y en su desnudita espalda
Con una moneda de cobre de diez céntimos
Que ha echado en las brasas
Poníales la moneda y su marca
Acompañada de un olor de carne chamuscada
Al grito de:
“¡Toma¡, pa que con motivo yores”
Trocando estos belenes de amores
En desprecio de su víctima
Que obligó a María Nieves abandonar la casa
Y, con sus hijas, huir a los montes de Padiela
Al término de Gilena
Para más tarde, volver a Estepa
Harta de humillaciones
De vergüenza y de lágrimas
Consentidas otrora
Porque fueron bendecidas
Y obligadas por la iglesia.

Desde ese instante “el Pernales”
Más duro que un canto
Vivió al margen de la ley
Bailando en la cuerda floja cual perdulario
Huyendo de un lado para otro
Montando su caballo Relámpago
Acariciando los olivares a su paso
Cuyas trémulas sombras del ramaje
Se agitaban a la luz de su cuchillo
Llenando los campos de sangrientas luces
Como las que iluminan Peñarrubia
Estepa y Aguadulce
Y estos otros “Santos Lugares”
De Marinaleda, Matarredonda y el Rubio
En cuyas tabernas y mancebías regala
Los costales de Aceitunas robados
una borrega abocada a parir
Y un marrano
Cogidos en las cuadras y corrales
Esta vez, con sonoros versos cantados
En pollinales metros
Pues ahora siente enamorado
Su asinino plectro
Y hará que su amor alcance hasta el cielo
Pues se muere de amor por Concha, “Conchuela”
De El Rubio, eligiendo su destino
Una linda mocita de poco más de veinte años
Alta, esbelta, de correctos modales
Pelo largo y labios encendidos
Con las virtudes con que sueñan
Las zagalas y muchachas casaderas
Pues sabe bordar, planchar y coser
Sabe, también, guisar
Y la tabla de multiplicar
O, como dice su padre
“es trabajaora, modosita y mu desente”
A quien la leyenda del bandido
Con aromas de recia montaracía
La convertirá en amante de héroe de novela
Que les hace ser, por ello, la bella y la bestia
Porque el azar ha colocado a esta hermosura
En las manazas de un criminal amor
Que, por desgracia
A Ella, sin culpa,
Llevaran los “Arpías” a un final irremediable
De cárcel y represión
Llena de cadenas hasta el corazón
Tan sólo por amar
Que por eso las gentes cantaban
“-¿Quién ha sido el asesino
Quién ha sido el criminal
Que ha apresado a la más bella
Sin que nunca hiciera mal?”
Siempre, orgulloso, “el Pernales” decía:
-“Este sí que es mi amor glande y verdadero
No como el de Romeo y Julieta
O los Amantes de Teruel
Que no fueron más que amores fulleros”.

El Pernales, olvidado de su mujer e hijas
Despreciando, también, a su amante María
“la Negra”, y a otras mancebas
Que ha regalado a “el Niño de la Gloria”
Y a otros bandoleros
Entre los Ojuelos y Marchena
Le da su mayor cariño
Haciendo amor con Conchuela
Resguardados entre los olivos
Escondidos en una choza
En quiebra del terreno
Prometiéndose amor eterno
En Palma del Río
Siendo aplaudidos por braceros y gañanes
Que están en la parte afuera
Gente humilde que alaba
El robo a los ricos
Y sus muestras de humillar al poderoso
Recitando la felicidad de “el Pernales”
Cuando canta:
-“Mira si será guapa
Mira si será bella
Que hasta el mismo Cortijero
Se ha enamorado de ella
Más cuidado, que voy yo
Y la garganta le cerceno”.

Su predilección por su caballo Relámpago
Es extraordinaria
Pues, para él, su caballo es más
Que los caballos de todos los héroes de leyenda
Es más rápido en giros y bello
Que Babieca de el Cid
O el caballo blanco de Santiago
Mucho más parecido a Rocinante
El caballo de Don Quijote
Por sus modales de justicia social
Y de ayuda a los pobres de la tierra
Siendo como él y Rucio
El Asno de Sancho, el más hábil
Pues se acuesta en un sitio
Levantándose en otro
Como cuando los “Arpías”
Le corren en un punto
Apareciendo él en otro.

Cuadrillas de segadores de Aguilar, Ecija y Herrera
Saben de sus hazañas
Y las cantan a los cuatro vientos
Como su amor por Conchuela
La de el Rubio
Amor tormentoso y de altos vuelos
Definido con pelos y señales
Por los gentes del pueblo
Que unos lo aceptan
Y otros lo callan por miedo
Y muchos lo envidian
Como ese anciano, ese mozo, ese cura y fraile
Ese sacristán y paisano
Todos ellos temerosos de la “carabina de Ambrosio”•
La de “el Pernales”
Escopeta de dos cañones
Fuego central de retroceso
Para unos, bien bueno
Para otros, mucho malo
Que ahora marcha al garbanzal
Donde Conchilla siega garbanzos
De un cortijo del término de Ecija
Pues los amantes han quedado conchabados
Junto al pretil de un pozo
Para montar él a su amada
A lomos de su caballo
Sobre una manta jerezana
Que les llevará a consumar el Acto
En un caserío del término de Puebla de Cazalla
Materia de una leyenda más
Nacida en la cumbre de los Morricos
Término de Villaverde
Sobre una manta encarnada
Con estribos y corra.

Sal mos

Sal mos, o nos salimos, por la ventana:
Sale el sol, sale el pelo
Sale el retoño braguetero
Y a la niña le ha salido un novio
Salen de sus casillas los popolíticos
(Dios sabe, que sabe a nada, de dónde han salido
Estos Burros, como decían las sacerdotisas de Marte
En la antigua Roma)
Éramos pocos y parió la Burra:
Jamás el pobre saldrá de la pobreza
Y el rico, poco a poco, ganará más de su cosecha
Pues en lo listo salen a Caco
Su padre putativo
Que el cura párroco nos ha salido un bribón:
Naturalmente tiene sal en su lecho
Porque se acuesta con sor María de Salinas
Célebre religiosa natural
De Tamante de Litera
En cuyo vientre dejó escrita su mística erecta
Que se corre como música de Francisco de Salinas
Célebre músico natural de Burgos
Precipitado pajillero
Devoto de la gansa de Cantimpalos, en Segovia
Que le sale al campo, sale a las afueras
Al padre Gamo, franciscano
Quien, con un cencerro, llama a la Jumenta
Recordando el primer coito de su primer siesta
Donde “ A fuerza de lavados
Dijo la madre abadesa de las Huelgas
Salieron las manchas de los polvos sagrados
Ahora comentado por un viejo de geriátrico
Que va a la paja a 10 euros por rabo
Con un sentido Rebuznado y exclamando:
“por un Rebuzno, salí de diputado
Salí de alcalde, por otro mejor Rebuznado”
Alabando en los estrados
Las Rajas “por do sale” el agua del cántaro
Por do entra el sacro esperma
En chotillo o chotilla más tarde esperada o esperado
Que por eso cantan en tu pueblo los mozos en celo
Haciendo pajas a los guiños de las bragas:
“Se sale la cuba
Se sale el costal
Y a mi linda Raja
Me la voy a follar”
Aunque salga caro el trueno
De un culo pastoral
La aguja grande y gruesa de enjalmar
Coserá los salmos del joder
Sobre un ano o bóveda casual
Que descansa sobre un asnal salmer escorzonero
Con la salsa de san Bernardo
Que es la salsa del Chumino
Que a mí me gusta tanto la salsa como la perdiz
Y el Rebuzno de una Jumenta exhalado
Por el que nació y murió Rimbaud y Diocleciano
En templo de Tetis, sagrario malmetido
Con hostias de milano
En cantinela acompasada, cadenciosa
Con que se suele acompañar la fuerza ejecutada
Por los marineros del Ano
Zoquetes y tarugos que van unidos
A la grande esfera del Culo, diciendo:
Sal del paso, sal a la lección:
Saltero, putero zancado
Acaba de bajar las escaleras de un piso de citas
En la calle Virgen del Manzano, en Burgos
“zapato jodedor” le llaman
Y se le ve en la calle, después del desove
Flaco y espatarrado
Quien nos dice: “no queda más chichota.
Salina, a quien me he beneficiado
Tiene un Chumino donde se cría
El sarro salinero
Cuando el Rebuzno de Amor es de Oriente
Este, de Levante
Silbando yo con la chifla
Un Rebuzno enamorado
Como cuando tras los montes en Sedano, Burgos
Con unos personajes históricos
Mirando la estrella Sirio de primera magnitud
La más brillante del firmamento
En la constelación del Can Mayor
Con gallegas y portuguesas agarrando nuestros penes
Les hablaban de esta guisa:
“Malandrín, tú que eres chiflador y chiflas
¿A qué te sabe el Chumino?
A Malarrabia, decíamos todos
Cierta confitura de plátano y boniato
Ya, respondían ellas, Chichisbeo, chichisquiero, claro
Prosiguiendo:
Hermanas haced que den estallidos
Estos lagartos”.

Urraca

Canto a Urraca Fernández
Sentada en su silla del Museo de Burgos
Una grande, libre y real Puta
Quien, sin sentir, ha venido a decirnos
Qué son ayuntamientos
Hija del conde de Castilla, Fernán González
Reina de León
Por haberse trajinado a Ordoño III
Hijo de Ramiro II
Cuyos Rebuznos se elevaban hasta el cielo
Amancebada, después de repudiada
Por su marido
Con Ordoño el Malo
Que reinó, también
Y, por último
Después de muerto éste
Casada con Sancho II el Cornudo, rey de Navarra
Y, a escondidas, ligada con un príncipe
Llamado Jimeno
Quien llevaba meajuelas en su miembro
Ciertas piezas pequeñas
Que solía ponerse pendientes
De los sabores del pene
Para refrescar la boca de la reina
El cual, viendo la emulación, el ansia, la presura
De esta reina
Elevó su Rebuzno de amor hasta el Monte de Venus
De su vaina con jactancia
“Una Vaina plegadiza, que puede plegarse
O doblarse
O que está dispuesta para ello
En pendencia bien solemne”
Como dijo el tal Jimeno
Cogiendo entre sus dos manos
El real Opérculo
Pieza redonda generalmente
Que sirve de olla y cobertura de ciertas alargaderas
Elevadas a plenario por unas meajas
Cierta moneda antigua de vellón
En los reales meaderos
Donde a la reina le gustaba yacer
Junto al meandro, revuelta o recoveco
Del río, o camino
Que hacen los gatos cuando mean
Pues la reina decía:
“Aquí, donde está esta meada de gato
Trae tu expósito a mi Meca”
Entonando un “mea culpa” orgásmico
El principito eyaculando
Golpeándose los dos
Con vejigas hinchadas
Y el matachín del príncipe
Cuchillo jifero de carne y hueso
Haciendo raja donde había herida
Por beneficiar la puerca a manteniente
Sin soltar el arma de la mano
Pues la reina maneaba su rotura
Con el glande de Jimeno
Buscando querubines del culo
Como quien busca grillos
En el primer coito angélico.

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Mónica Oporto

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