Diálogos con… Carlos Olalla

Diálogos con… Carlos Olalla

Carlos-Olalla-Loquesomos-porRedacción*. LQSomos. Abril 2015

Actor, activista, comprometido, agitador de conciencias… ¿quién da más? Desde LQSomos hemos conversado con Carlos Olalla, digamos que un intérprete de la vida, un actor de la realidad.

Llegó al mundo de la interpretación a los 45 años y desde entonces no ha parado de madurar, como los vinos en barrica. Actor que hace grandes a sus personajes y que, como ciudadano del mundo, enarbola en lo más alto las banderas de la libertad y la disidencia.

Teatro, la vida es puro teatro, que nos cantaba “La Lupe”.

LQSomos: “Se acabó. Me bajo del escenario. Amo al teatro por encima de todo…” Con estas palabras anunciabas tu abandono ¿temporal? del teatro. Hablabas de esclavismo, IVA cultural, criminalización de la cultura. ¿Cómo está hoy el patio de butacas?

Carlos Olalla: El teatro, como la cultura en general, es víctima de un genocidio meticulosamente calculado y ejecutado por el gobierno del PP. Es su venganza del NO A LA GUERRA. Zapatero se equivocó invirtiendo en mastodónticos teatros y auditorios en lugar de hacerlo en compañías, giras, etc. Pero lo del PP no cabe catalogarlo de error ya que solo desde un plan absolutamente preconcebido y fríamente ejecutado puede entenderse lo que está haciendo. Paralizaron la producción de series en TVE, se cargaron las ayudas al cine (que ya eran paupérrimas comparadas con las de cualquier país de nuestro entorno), subieron el IVA de la cultura al 21%, uno de los más altos del mundo, regalaron más de cien millones de euros anuales a las multinacionales fabricantes de aparatos electrónicos de grabación/reproducción que, por cierto, casi no pagan impuestos en España, robándoselos a los artistas ya que eran sus derechos de propiedad intelectual, derecho reconocido y protegido en todos los países de la UE menos en el nuestro al que el gobierno acaba de dar la puntilla con la ley Lasalle…

La intencionalidad política de este genocidio de la cultura queda patente en algo tan evidente como el empecinamiento del gobierno en no bajar el IVA cultural.
Antes de implantarlo se le presentaron estudios económicos que demostraban que no solo no se recaudaría más subiendo el tipo al 21% (a lo que se recauda de más por subir el tipo hay que descontar lo que deja de tributarse por la disminución de la venta de entradas, el aumento de los subsidios y las prestaciones de desempleo que provoca el paro que acarrea la subida del IVA, la disminución del impuesto de sociedades, etc.) También se le advirtió de que los países de nuestro entorno que habían subido el IVA cultural tuvieron que bajarlo inmediatamente al comprobar el desastre que provocó la subida. Pero eso al PP le da igual. Tras casi tres años del IVA al 21%, la debacle de la que fue advertido el gobierno se ha producido: decenas de salas cerradas, miles de actores y técnicos en paro…, y ahora, en pleno año electoral, sueltan en portada de ABC que están estudiando bajarlo. Quizá, para aquellos que no estén muy familiarizados con el IVA cultural hay que recordar que el tipo medio de IVA cultural en la Unión Europea no llega al 10% o que en Francia, por ejemplo, las primeras 140 funciones de teatro tributan al 2,5% y, a partir de la representación 141, cuando ya se considera que ha sido todo un éxito, lo suben al 5,5%. Igualito que aquí, vamos.

Pero el problema del IVA, con ser importante, tan solo es uno más de los que tenemos en el sector cultural (política partidista, gestión de espacios y programas en manos no profesionalizadas, marco legal insuficiente que desprotege a los creadores y provoca que seamos el paraíso de la piratería, falta de una ley de mecenazgo, escaso conocimiento de gestión empresarial y comercial por parte de salas y compañías, falta de unión del sector, etc.) Por desgracia, así es como está el patio.

LQSomos: En 2013 ganaste el VII Premio Paco Rabal de Periodismo Cultural (1), con un artículo titulado “El teatro es una acto de resistencia”. Hoy, en 2015, el teatro, ¿sigue siendo un acto de resistencia?

Carlos Olalla: El teatro, por definición, es un ejercicio de libertad y, por tanto, un acto de resistencia. Hace dos años defendí que hacer e ir al teatro era un acto de resistencia contra la política cultural de este gobierno. Hoy, tras dos años de trabajar en escenarios de teatros públicos, privados y en salas alternativas, he decidido bajarme de los escenarios en señal de protesta hasta que bajen el IVA cultural. Como comentaba antes, el IVA es una batalla, una más, pero las guerras se ganan batalla a batalla. Si he elegido el tema del IVA es porque es el que el público no familiarizado con las interioridades del sector cultural puede ver y entender mejor al comparar nuestros datos con los de los demás países de nuestro entorno.

Pero que nadie se llame a engaño. Mi bajada de los escenarios nada tiene que ver con un tirar la toalla o una rendición. Todo lo contrario. Es un gesto que invita a que todos los que nos dedicamos a esto tomemos conciencia de lo que está pasando, de que seguir trabajando en condiciones de esclavitud, sin cobrar o cobrando retribuciones que no alcanzan los 50 céntimos la hora, es lo que está permitiendo que muchas salas sigan abiertas y que el público no se entere de las consecuencias de la política criminal contra la cultura de este gobierno. Lo que he pretendido no es que me sigan mis compañeros y compañeras, sino que reflexionen cada vez que se suben a un escenario sobre si lo que de verdad están haciendo es defender nuestra profesión o prostituirla. Hay momentos en los que debemos decir basta. No es un tema económico, sino de dignidad y de respeto y amor a nuestra profesión. Por eso, porque la amo tanto, me he bajado del escenario. El tiempo de la protesta ha pasado, es el tiempo de la acción.

LQSomos: Tu apariencia es la de un veterano actor, alguien que llevase toda la vida interpretando. Sin embargo, comenzaste a actuar tardíamente, casi por casualidad, tras un giro radical en tu vida. ¿Cómo fue ese cambio y esa decisión? ¿Queda algo de aquel “ejecutivo” de empresa?

Carlos Olalla: Cuando tenía 25 años el grupo empresarial de mi familia se fue al garete tras 127 años de historia. Era un grupo grande que había llegado a Carlos-Olalla-Loquesomos-1tener dos bancos. Tuve que reconvertirme. La palabra jefe apareció en mi vida (desde los 18 mis jefes siempre habían sido parientes míos) y empecé a trabajar en un banco inglés. Pasé 20 años trabajando como director regional de aquel banco, de una de las grandes constructoras de este país, en consultoría, etc. Todavía me pregunto cómo pude aguantar tanto tiempo allí. Tenía hijos pequeños, quizá esa sea la respuesta. Fueron los peores años de mi vida. Allí pude ver todo tipo corruptelas y corrupciones. Sufrí que no te adjudicaran obra pública si no pagabas la famosa comisión del 3% al político de turno, etc. y entendí que el sistema se estaba devorando a sí mismo y que acabaría llevándosenos a todos por delante. Quizá una anécdota, una de tantas, explique mejor lo que estoy diciendo. Cuando trabajaba en aquel banco propuse un préstamo para una multinacional muy importante. La política del banco era la de no conceder préstamos a más de un año porque cuanto mayor es el plazo más alto es el riesgo, pero aquella multinacional quería el préstamo a cinco años. Negocié una “entente cordiale” y solicité la aprobación de aquel préstamo a tres años. Recibí la llamada del director general para Europa del banco diciéndome que no podía proponer un préstamo a tres años. Le expliqué que no había otra forma de entrar a trabajar con aquella multinacional y que me había costado mucho conseguir que admitiesen el plazo de tres años. “Tienes que dárselo a cinco años y no a tres”, me dijo. “Career decision” -me explicó el director general- “Decisión en función de tu carrera profesional. Verás, Carlos, si dentro de tres años esa multinacional se ha ido de España o, por lo que sea, no paga ese préstamo, tú podrías seguir siendo el director en Cataluña y la cabeza que rodaría sería la tuya. Dentro de 5 años seguro que ya te habremos promocionado y, si no pagan el préstamo, tú ya no estarás en ese puesto y habrás salvado tu cabeza” Así funcionaba el asunto. Me sentí asqueado pero no tenía más remedio que seguir trabajando allí.

Con 45 años hubo una reestructuración de personal en la empresa que trabajaba y me encontré en el paro y sin un duro. Tuve que reconvertirme otra vez. Accidentalmente acudí a un rodaje para ver de cerca a una maravillosa actriz francesa, Sophie Marceu. A aquel rodaje siguieron innumerables castings de publicidad hasta que, un par de años más tarde, tuve la suerte de darle una réplica a Christian Bale cuando vino a rodar The machinist a Barcelona. Me quedé tan impresionado de verle actuar que, a la mañana siguiente, me matriculé en una conocida escuela de teatro donde estuve tres años. Desde entonces vivo, mejor dicho malvivo, de esta profesión, pero soy feliz porque he cambiado una maravilla de sueldo y una mierda de trabajo por una maravilla de trabajo y una mierda de sueldo y la palabra jefe ha desaparecido de mi vida.

De aquellos años en el mundo de la empresa guardo todo lo que aprendí y que me sirve para no dejarme engañar cuando escucho a políticos y empresarios de postín hablando de las excelencias de nuestra economía y lo bien que vamos. También me han servido para acercarme más a algunos de los papeles que he interpretado. Siempre hay que encontrarle el lado positivo a las cosas. Creo que todas, excepto la muerte, lo tienen.

LQSomos: Compromisos, solidaridades, apoyos mutuos… ¿Qué te aporta participar en el entorno solidario de la parroquia San Carlos Borromeo?

Carlos Olalla: Bergamín decía que “existir es pensar y pensar es comprometerse”. Siempre he sido fiel a esa filosofía. Por eso llevo más de cinco años dando talleres solidarios de teatro. Empecé dándolos en una fundación para personas que estaban dejando adicciones y que estaban en la primera fase, la del mono; dirigí durante un año el taller Caídos del cielo de Paloma Pedrero para personas en riesgo de exclusión social y, desde hace dos años, dirijo el que montamos en la parroquia de San Carlos Borromeo en la que, sin duda, ha sido y es una de las experiencias vitales más gratificantes de mi vida. La parroquia es un referente en la lucha social. Lleva más de treinta años luchando en primera línea contra la injusticia, en favor de los desfavorecidos, los nadies, los excluidos. En cuanto pisé San Carlos supe que quería ayudar a difundir esa lucha y decidí hacerlo desde mi profesión, el teatro. Las personas que vienen al taller, vinculadas de una u otra forma a la parroquia, tienen unas historias que son un material teatral impresionante. Por eso el objetivo del taller es ayudarles a que puedan representar sus propias historias en escenarios de centros culturales, institutos o prisiones. Es un grupo extraordinario que funciona en régimen asambleario.

LQSomos: Y ya puestos, háblanos de UBUNTU (2), el grupo de teatro de esa parroquia…

Carlos Olalla: Ubuntu es el nombre que los participantes en el taller eligieron en asamblea. Es la filosofía africana cuyos exponentes más conocidos son personas como Nelson Mandela o Desmond Tutu, que defiende que solo somos lo que damos a los demás. Por eso el lema de nuestro taller es “Todo cuanto retuve lo perdí, solo me queda lo que di”

Tras estos dos años de trabajo, el grupo ya ha subido a varios escenarios para representar una obra de teatro escrita por el dramaturgo valenciano Paco Romeu sobre el intento de Rouco Varela de cerrar San Carlos en 2007, y para hacer improvisaciones basadas en sus propias historias. Verles en el escenario y compartir con ellos el profundo amor que tienen al teatro es de lo mejor que me ha pasado en la vida.

LQSomos: Has sido impulsor de los primeros encuentros de víctimas del terrorismo de ETA y del GAL (3). ¿Es complejo reunir a inocentes, culpables, arrepentidos, convencidos…?

Carlos Olalla: Tengo 57 años y no recuerdo mi vida sin el dolor de la violencia. Hace ya 3 años que ETA abandonó la lucha armada y que la izquierda abertzale lo apostó todo por la vía no violenta y democrática. Estamos frente a una oportunidad histórica para la paz. Pero la paz no es el cese de la violencia, de todas las violencias. Es mucho más. Es respeto, reconocimiento del dolor causado, empatizar con el “otro”, es generosidad, es diálogo, es entender que no hay una sola verdad, es trascender las diferencias ideológicas… Todo eso debe construirse, y debe hacerse no solo desde las instituciones, sino y, sobre todo, desde la ciudadanía. En Euskal Herria la sociedad lo ha entendido así y está trabajando duramente por la paz y la convivencia. Allí se han realizado muchos encuentros de víctimas de ETA y del GAL, y se organizan encuentros de concejales de diferentes partidos políticos (desde el PP hasta la izquierda abertzale) para, juntos, buscar los puntos de encuentro sobre los que edificar esa convivencia.

Esa es una labor a la que tod@s estamos llamad@s. Cuando, al mirar atrás, vea que esa ansiada paz y convivencia ha sido posible quiero poder preguntarme “¿Y yo qué hice por ella?” y saber que hice todo lo que estaba en mi mano. Y en nuestra mano son muchas, y muy importantes, las cosas que podemos hacer. Informarnos más allá del discurso oficial y de lo que nos cuentan la mayoría de los medios de comunicación sobre la realidad de Euskal Herria es uno de los primeros pasos, y es fundamental porque sin la sensibilización de la sociedad sobre la necesidad de esa paz y convivencia, sin entender que conseguirlas exige generosidad y altura de miras por parte de tod@s, no será posible alcanzarlas. Es desde esta perspectiva desde la que se me ocurrió la idea de organizar el primer encuentro de víctimas de ETA y de los GAL en Madrid, en abril del año pasado. El acto, no podía ser de otra manera, se realizó en la parroquia de San Carlos Borromeo. Fue un encuentro impresionante en el que intervinieron Rosa Rodero, viuda de un ertzaina asesinado por ETA que, en el funeral de homenaje del 20 aniversario de la muerte de su marido, invitó a exdirigentes de ETA y víctimas de los GAL; Axun Lasa, hermana de Joxean Lasa, secuestrado, torturado y asesinado por miembros de la guardia civil en el primer atentado reivindicado por los GAL; y Josean Fernández, expreso de ETA que ha pasado más de 22 años en la cárcel y que es una de las personas que más se están significando en la lucha por la paz y la convivencia a través de la palabra. Una anécdota resume perfectamente el espíritu de lo que fue aquel primer encuentro. Una de las nietas del almirante Carrero Blanco, presente entre el público, al acabar el acto se abrazó públicamente al ex miembro de ETA.

Carlos-Olalla-Loquesomos-4La repercusión de aquel encuentro fue muy positiva. En Euskal Herria porque comprobaron que los esfuerzos por la paz y la convivencia que están llevando a cabo también son respetados y apoyados en el resto del Estado, y en el resto del Estado porque nos permitió visibilizar una realidad que no suele aparecer en los medios de comunicación y que fue una sorpresa para muchos.

Aquel encuentro fue un paso en el camino hacia la paz y la convivencia, un paso al que deben seguir, y seguirán, muchos más. Acabamos de solicitar la cesión de la sala Ernest Lluch del Congreso de los diputados para realizar el segundo encuentro al que, además de las tres personas que intervinieron en el primero, nos han confirmado que participarán Rosa Lluch, hija del político socialista asesinado por ETA, Karmen Galdeano, hija del periodista Xabier Galdeano delegado del diario Egin asesinado por los GAL y el excomandante Luis Otero, miembro destacado y fundador de la Unión Militar Democrática (UMD), que cumplió pena de prisión en los últimos tiempos del franquismo por defender los valores democráticos en las fuerzas armadas.

LQSomos: Como ciudadano comprometido con la paz y la defensa de las libertades, ¿qué crees que está faltando en el proceso de paz, desde la tregua declarada de ETA, para llegar a un acuerdo?

Carlos Olalla: Creo que, desde la declaración de Bruselas (de la que se cumplen ya 5 años) firmada, entre otros por Desmond Tutu, premio Nobel de la Paz, la Fundación Nelson Mandela, el expresidente de Sudáfrica W. DeKlerk, que compartió el premio Nobel de la Paz con Mandela, o Raymond Kendall, exdirector de la Interpol en Europa, son muchos e importantes los pasos que se han dado por parte de ETA, abandonando la lucha armada, y de la izquierda abertzale, apostando inequívocamente por la vía democrática y no violenta. En aquella declaración se instaba a los gobiernos español y francés a dar pasos también en dirección a la paz. En concreto se pedía el fin de políticas de excepción como la dispersión de presos, etc. Por desgracia los gobiernos español y francés no solo no han movido un dedo sino que, en el caso del español, parece empeñado en hacer todo lo posible para torpedear el proceso de paz.

Este gobierno hace toda una demostración de ingeniería jurídica para perjudicar a los presos y presas vascos saltándose a la torera todo lo que puede las resoluciones de tribunales internacionales como el de Estrasburgo; mantiene a los presos en las prisiones más alejadas a sus domicilios en una política que solo puede entenderse desde el espíritu de venganza y no el de facilitar la reinserción que propugna nuestro marco jurídico; mantiene políticas de represión como los macrojuicios en ese tribunal de excepción que es la Audiencia Nacional… Al final, más tarde o más temprano, los presos y las presas vascas saldrán a la calle. Cumplidas sus penas regresarán a sus caseríos, a sus pueblos, y allí muchos se encontrarán con hijos o viudas de personas que mataron. ¿Cómo estamos preparando ese momento? ¿Estamos haciendo todo lo posible para facilitar la convivencia cuando se produzca? Desde luego la política del Estado español de los últimos años va justo en la dirección contraria (además de lo que hace contra los presos vascos, no se investigan las denuncias de torturas; se indulta, cuando los hay, a los policías condenados en firme por torturas; no se reconoce a las víctimas del GAL como víctimas de terrorismo y se les niegan sus derechos…)

El inmovilismo de Rajoy se disfraza con el argumento de que lo que debe hacer ETA es disolverse y entregar las armas. Todos los mediadores internacionales, como el abogado Brian Currin, expertos mundiales con una amplísima experiencia en resolución de conflictos, se llevan las manos a la cabeza al ver tamaño disparate: ¿Entregar las armas sin una negociación, aunque solo sea a nivel técnico?, ¿A quién?, ¿Cómo?, ¿Dónde?, ¿Van con las armas por la calle hasta una comisaría? Es absurdo. Ni uno solo de esos mediadores ha visto en su dilatada experiencia que un gobierno, como el español en este caso, ponga dificultades a que se entreguen las armas y se avance en el proceso de paz. Está claro que, como se decía antes, España es diferente.

Quedan muchas cosas por hacer, sin duda, pero la sensibilización de la opinión pública hacia la necesidad de este proceso de paz es uno de los pilares que permitirán desbloquear la situación.

LQSomos: Tienes varios libros publicados, está claro que te gusta escribir y, para muestra, basta tu blog (4), constantemente actualizado. ¿Te tomas el escribir como un complemento de la interpretación, un desahogo, una necesidad de compartir, o qué…?

Carlos Olalla: La literatura siempre ha sido un refugio para mí. Lo fue en mi adolescencia cuando, como casi tod@s, empecé a escribir poemas de amor, y lo fue durante los veinticinco años que pasé en el mundo de la empresa, que es cuando empecé a escribir novelas. La compañía de la soledad y un pedazo de papel en blanco son una invitación a soñar a la que no me puedo resistir.

Me gusta expresar lo que siento y escribir es una forma más de hacerlo. Mi blog, “La placenta del universo”, es un blog atípico porque es un blog cultural que solo tiene una entrada semanal porque suelo hacerlas bastante más largas de lo que es habitual para poder tratar los temas con algo más de profundidad. Es un viaje hacia la belleza a través de la música, el cine, la poesía… y todas esas cosas que nos rodean y que, muchas veces, aunque las tenemos junto a nosotros, ni siquiera vemos.

Los libros, como los blogs, no pretenden ser más que un espejo de almas. Encuentras en ellos lo que llevas dentro. Por eso creo que es más importante un buen lector que un gran escritor.

LQSomos: Eres activo e inquieto constantemente, de los que no paran. ¿Tienes algún proyecto cultural rondando en la cabeza?Carlos-Olalla-Loquesomos-2

Carlos Olalla: No es que sea hiperactivo, pero hay tantas cosas por hacer… Además tuve un infarto agudo hace 8 años y considero que desde entonces vivo de regalo, así que si me han regalado esta vida ¿cómo no voy a regalar mi tiempo a los demás? Tengo infinidad de proyectos culturales solidarios en la cabeza, y a ellos me dedicaré. A nivel profesional, en este momento, como dice la canción y como casi todos mis compañeros de profesión, no tengo planes más allá de esta noche. He hecho algunos castings para películas y series extranjeras, pero los castings solo son castings mientras no se conviertan en rodajes. Lo que sí tengo es un montón de sueños, un montón de cosas por hacer: seguir con el taller de teatro, intentar montar un Buero con ell@s, llevar al cine el guion que escribí de una de mis novelas, “La taberna de los sueños”, y, si es posible, dirigiéndolo… ¡por soñar que no quede!

LQSomos: Ahora, un ejercicio de síntesis. Dinos lo mejor y lo peor de cada medio: teatro, cine, televisión.

Carlos Olalla: Lo mejor del teatro la libertad que tienes en el escenario, la proximidad del público y que es algo vivo; lo peor la precarización y condiciones de esclavitud en la que tienes que trabajar

Del cine me encanta la sutilidad y el tempo que permite a la interpretación y me entristece que no se hagan más películas por falta de apoyo y que jóvenes con un talento formidable estén teniendo que exiliarse para poder trabajar.

En cuanto a la televisión gusta mucho su inmediatez y la camaradería que se crea en las series con tus compañeros de rodaje, tanto a nivel artístico como técnico, y detesto la presión de trabajar sujeto a un nivel de audiencia que no depende de ti y que, muchas veces, condena a series fantásticas sin haberles dado la menor opción, simplemente porque su emisión coincidió con la de un partido de fútbol o con otra serie. Odio la dictadura de las audiencias. ¿Acaso tiene algo que ver la calidad con la cantidad?

Carlos-Olalla-Loquesomos-3LQSomos: ¿Qué le dirías a alguien que quiere empezar en interpretación?

Carlos Olalla: Que esta es la profesión más hermosa que conozco, que le dará momentos maravillosos que ninguna otra podrá darle pero, también, períodos de incertidumbre y frustración como pocas más pueden darte. Hay que amar mucho esto y tener una gran confianza en ti mismo para dedicarte profesionalmente a ello, especialmente en un país como el nuestro que ni valora, ni apoya, ni respeta la cultura. Por eso solo recomendaría que se dedicasen a esto a los que verdaderamente amen esta profesión y, desde luego, que tengan muy claro que esto es una carrera de resistencia, no un sprint y que lo importante no son las alfombras rojas que puedas pisar sino lo que tú sientes al interpretar, al compartir con los demás.

LQSomos: ¿Hay dónde escoger? ¿Cómo pinta el futuro en la interpretación?

Carlos Olalla: Personalmente he tenido muy pocas posibilidades de escoger. Si no eres uno de los pocos elegidos que hay en la profesión, para vivir de esto (malvivir no lo olvidemos) tienes que aceptar la mayoría de papeles que te ofrecen y hacerlos desde la mayor dignidad y profesionalidad. Únicamente he rechazado trabajos por motivos ideológicos (no porque mi personaje fuese en contra de mis convicciones, que eso es muy enriquecedor, sino porque la serie, la obra o la película lo iban)
He disfrutado mucho más cuando los papeles que he podido hacer tenían continuidad y mucho recorrido no porque puedan darte a conocer o darte fama, sino porque puedes hacer pasar a tu personaje por registros muy diferentes y variados. Una verdadera gozada que no puedes disfrutar cuando tu papel es capitular y solo tiene una o dos secuencias. Pero, en cualquier caso, aunque solo tengas una o dos secuencias, poder “vivirlas” a tope es todo un privilegio.

Notas:
1.- El teatro es un acto de resistencia
2.- “Los panes” por el grupo de teatro UBUNTU
3.- 1er Encuentro de víctimas de ETA y del GAL en Madrid
4.- La placenta del Universo

LQSomos

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