“Terrorismo” de estado

“Terrorismo” de estado

ago42Un documental analiza el papel del Gobierno francés en la “guerra sucia”. Canal+ Francia emitió un documental en el que un antiguo miembro del GAL que se identifica como “Francis” explica cómo se financiaban y preparaban las acciones que llevaron a cabo. El reportaje también recoge los testimonios de los exministros de Interior franceses, Pierre Joxe y Charles Pasqua, y el ex secretario de Estado español Rafael Vera.

 

El documental “GAL: des tueurs d’état” (GAL: asesinos de estado) fue emitido anoche en Canal+ Francia. El reportaje audiovisual ha sido elaborado por los periodistas Bruno Fay y Xavier Muntz y ha sido producido por TAC Presse.

En una entrevista en “Le Journal du Pays Basque”, Bay asegura que para 1984 el Estado francés era consciente de que el Gobierno español se encontraba detrás del GAL.

El trabajo recoge en 52 minutos los 18 meses de investigación realizados por ambos periodistas que han conseguido llegar hasta un miembro del GAL que se identifica como “Francís”. Este explica con detalle cómo funcionaba la citada organización e implica al ex policía español José Amedo en el atentado en el hotel Monbar de Baiona ocurrido en 1985 y que costó la vida a cuatro refugiados vascos: Joxe Mari Etxaniz “Potros”, Inaxio Asteasuinzarra “Beltza”, Agustin Irazustabarrena “Legra” y Xabin Etxaide “Eskumotz”.

“Francis” cuenta que dos días antes del atentado se reunió en Donostia con Amedo y los mercenarios Lucien Mattei y Pierre Frugoli, que llevaron a cabo el ataque. El antiguo miembro del GAL relata en el documental que las ideas de extrema derecha le impulsaron a involucrarse en la citada organización y se muestra satisfecho de haber acabado con “asesinos que iban a atentar a España”.

Tan solo muestra cierto grado de arrepentimiento con el atentado que costó la vida al estudiante de 21 años, Benoit Pescasteings, en el hostal Pyrenees en 1985, aunque asegura que fue “un error necesario”.

Los periodistas que han realizado el documental llegaron hasta “Francis” tras entrevistarse con otros antiguos miembros de los GAL, varios jueces franceses que llevaron a cabo procesos judiciales por los atentados y el responsable de la Policía francesa en Baiona en aquella época, Roger Levy.

Asimismo, cuentan con los testimonios de los ministros de Interior franceses Pierre Joxe y Charles Pasqua. El primero relata que en 1984 conocían que el Gobierno español estaba detrás del GAL y las discusiones mantenidas por ello con Felipe González. Pasqua, por su parte, cuenta que en 1986 entregaron a las autoridades españolas a 39 refugiados vascos a cambio de que el GAL dejará de “financiar” acciones armadas. El ex secretario de Estado, Rafael Vera, también ha sido entrevistado junto con familiares de los fallecidos y militantes abertzales.

El GAL realizó unos 40 atentados y causó 27 muertes, la mayoría en Ipar Euskal Herria, entre 1983 y 1987.

Pasqua hizo parar los GAL con la contrapartida de las expulsiones

El documental emitido por la cadena francesa Canal+ no ha traído grandes novedades pero sí ha dejado en evidencia que, aunque todavía persiste un manto de silencio sobre este siniestro capítulo de la historia de Euskal Herria, con el paso de los años algunas lenguas se suelten con más facilidad. Es el caso, por ejemplo, del exministro de Interior Charles Pasqua, que reconoce que paró el GAL con la contrapartida de las expulsiones.

Investigar y relatar cualquier hecho casi treinta años después de ocurrido no es, ciertamente, tarea fácil, y aún menos cuando se trata de temas tan espinosos como los capítulos de guerra sucia que tuvieron lugar en Lapurdi, Nafarroa Beherea y Zuberoa entre finales de 1983 y julio de 1987. Los autores del reportaje “GAL: asesinos de Estado”, Xavier Muntz y Bruno Fay, lo han conseguido con bastante acierto a pesar de que los 54 minutos emitidos el lunes noche por Canal+ quedan muy escasos para reflejar lo acaecido durante esos cuatro siniestros años.

Para empezar, han conseguido que algunas lenguas se suelten. Es el caso del exministro de Interior Charles Pasqua, que reconoce haber presionado al gobierno de Felipe González para parar la actividad del GAL, objetivo que se marcó en cuanto entró a formar parte del gobierno de Jacques Chirac en 1986.

Para Pasqua, era “inaceptable” que “personas pagadas por un Estado viniesen a nuestro territorio a ajustar sus cuentas”. Lo manifestó claramente en una entrevista en la radio RMC el 25 de mayo de aquel año. Era la primera vez que un responsable político francés acusaba tan abiertamente a sus homólogos españoles. Pero esa fue una de las formas de presión para que el Gobierno español atendiese su exigencia: “Al principio Madrid negaba que tuviese algo que ver con el GAL, pero les decíamos que no nos contaran historias, que era evidente que las acciones del GAL eran directamente decididas por los servicios que dependían del Gobierno de Madrid”.

Para entonces, el ambiente en Ipar Euskal Herria estaba notablemente crispado. Y es que los atentados ya no alcanzaban únicamente a militantes abertzales, sino a ciudadanos que no tenían nada que ver con el conflicto político. El atentado de Bidarrai de febrero de 1986, donde un pastor -Christophe Matxikote- y una estudiante -Catherine Brion- fueron ametrallados en su vehículo, hizo que incluso algunos grandes electos, como el alcalde bayonés Henri Grenet, salieran del caparazón de su indiferencia.

Guerrero a París

Con el fin de asegurarse de que Madrid recibía con claridad el mensaje, Pasqua convocó en París a Angel Guerrero, asesor del Ministerio de Interior. “Me dijeron: `Dí a tus patrones que tienen ocho días para parar esto. Si no, la vamos a liar’ “, declara en el documental Guerrero, a quien metieron en el primer vuelo hacia Madrid para que transmitiese el mensaje.

Esta vez, los españoles lo tomaron en serio. Así lo reconoce el propio Rafael Vera, que inmediatamente dio instrucciones tajantes a los responsables de la seguridad del Estado, amenazando incluso con expedientes disciplinarios y expulsiones a quienes persistiesen en dicha actuación.

Guerrero retornó a París para comunicar a Pasqua que su petición había sido atendida. “Nos dijo que Madrid haría todo para que estas acciones cesaran aunque no fueran directamente responsables” declara el exministro sin disimular una sonrisa irónica. “Cada cual tenía que salvar la cara” añade.

Sin embargo, la interrupción de la guerra sucia tenía su precio: el incremento de la colaboración que se reflejó inmediatamente en la ola de expulsiones de refugiados por el procedimiento de urgencia absoluta. Pasqua admite en el reportaje que fueron consecuencia directa del fin del GAL. Dice entender a “algunas buenas almas a quienes las expulsiones hayan podido chocar”, y luego añade, impertérrito, que “de todos modos no me han quitado el sueño”.

Francis y Amedo

El documental, que será reemitido en los próximos días en la misma cadena, recoge otro “hecho inédito”, según sus autores: la localización de uno de los reclutadores del GAL -Francis-, jamás identificado, a quien, tras largos meses, han logrado entrevistar con la condición de mantenerlo en el anonimato.

El denominado Francis, un mercenario de la extrema derecha retirado, revela que colaboró con el inspector de Policía José Amedo preparando varios atentados. Admite que reclutó en total a cinco mercenarios que cometieron dos atentados -el del Café des Pyrénées y el del Monbar-, ambos en Baiona. En el primero, el 29 de marzo de 1985, hubo dos heridos y un joven estudiante -Benoît Pecasteing- resultó muerto.

Respecto a este fallecido, Francis muestra cierto pesar por la equivocación: “Siento la muerte del estudiante porque, en cierto modo, soy responsable de ella”. Pero a renglón seguido se reafirma en que el GAL era necesario porque “no podíamos quedarnos de brazos cruzados dejando a los miembros de ETA organizar atentados”.

En el caso del atentado del Monbar, perpetrado el 25 de setiembre de 1985, murieron cuatro militantes vascos (Joxe Mari Etxaniz, Inaxio Asteasuinzarra, Agustin Irazustabarrena y Xabin Etxaide). El denominado Francis revela que lo preparó junto a dos mercenarios y al propio Amedo en el hotel Orly de Donostia. El reclutador de mercenarios añade que lo hacía por “razones políticas”: “Mi motivación profunda era la lucha contra el terrorismo situado en nuestro territorio nacional”.

Un reportaje que interpela al PS, a jueces y a la Policía

El tema de los GAL es prácticamente desconocido en el Estado francés. De hecho, el destinatario principal del reportaje es la propia ciudadanía francesa. El trabajo de los dos periodistas es reseñable si se tiene en cuenta que, en general, la «guerra del GAL» ha sido considerada como una cuestión que no incumbe a los franceses. No obstante, el reportaje evidencia que sus gobernantes, sus jueces, su policía, sí tuvieron mucho que ver con aquellos hechos.

El documental puede haber permitido a muchos franceses descubrirlo (este era uno de los objetivos buscados por los autores), pero en Ipar Euskal Herria ha reavivado las memorias de todos. Algunos de ellos, como el fotógrafo Daniel Velez o los militantes abertzales Jakes Borthairu y Txetx Etxeberri aparecen también en él. Sus testimonios han sido recogidos bastante brevemente, a su entender: “Es frustante para quienes vivimos los hechos. Muchas cosas siguen quedando en la sombra”, declara Velez. Una impresión corroborada por Etxeberri, que deplora que, tras tantas horas, “solo se queden con algunos minutos y, a veces, limitándose a lo anecdótico”.

Aun así, reconoce que es un material documental que, espera, “sirva para que en el Estado se sepa lo ocurrido aquí”. Cree que queda meridianamente claro que el PSF estaba al corriente y que prefirió priorizar la razón de Estado. “Estoy convencido de que el PS, entonces en el gobierno, hubiera podido parar los GAL. De hecho, Pasqua lo hizo en cuanto llegó al Ministerio. Esto demuestra, si no una connivencia tácita con el Gobierno de Madrid, cuando menos una ausencia de voluntad política clara”, manifiesta.

Además, estima que lo revelado por el documental interpela tanto el propio PS como a los medios de comunicación estatales, a los jueces y a la Policía: “¿Cómo es posible que 30 años después, dos periodistas logren encontrar a uno de los mercenarios y todos que se queden así, tan tranquilos en sus casas, a pesar de reconocer su intervencion?” se pregunta, subrayando la diferencia con los medios desplegados estos días al hilo de las muertes de Toulouse.

* Publicado en el diario Gara

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