Sanitat valenciana ¡Serà per diners!

Sanitat valenciana ¡Serà per diners!

La-condonación-de-la-deuda-Sanitas-BUPA-lqs.jpgRedacción*. LQSomos. Febrero 2015

La condonación de la deuda Sanitas-BUPA

Nos enteramos a través de los medios oficiales -por boca de la oposición- que existe una deuda de 42 millones por parte del consorcio Hospital de Manises Sanitas BUPA (gestión privada modelo Alzira, cuyo segundo participante paga a sus pacientes hasta 2000 libras en Reino Unido para que acudan a la sanidad pública para tratarse las patologías “menos rentables” para ellos). También nos enteramos que la Generalitat Valenciana perdona a estas empresas facturas sobre pacientes del distrito sanitario de Manises -atendidos en otros distritos sanitarios en hospitales Públicos-, creando así un déficit en los hospitales públicos y en las arcas de la Consellería de Sanitat de 42 millones de euros.

Por lo tanto, todos l@s valencian@s y la mayoría de los trabajadores sufren recortes asistenciales: véase los enfermos de hepatitis C, que no reciben a tiempo su medicación aun teniendo pautada por sus especialistas la necesidad urgente de la administración de ésta, provocándoles la muerte en una gran cantidad de casos, lo que deberíamos denominar homicidio institucional u omisión de socorro hacia la población. Y esto desde un Estado que incumple los acuerdos de Doha, que vela por el máximo beneficio de las multinacionales farmacéuticas y los laboratorios y además justifica sus precios y ánimo de lucro sin plantearse siquiera la importación de genéricos o simplemente la prioridad de la vida de las personas por encima de los intereses de las multinacionales.

Y todo ello unido al aumento del copago de los medicamentos para pensionistas, que tienen que elegir entre medicarse o comer; exclusión sanitaria de emigrantes sin papeles, pero que financian la sanidad pública con los impuestos indirectos al consumo; sobrefacturación de empresas privadas de Resonancias, la ratio más baja de Europa en camas hospitalarias y centros de salud por habitante.

Todo esto con un perfil marcado por un fin: “La salud es nuestro negocio para mantenernos en el poder político y financiero eternamente ” y con un sistema diabólico capaz de anteponer el dinero por encima de las personas, donde debemos recordar que existen unas cuantas víctimas de las políticas sanitarias privatizadoras y excluyentes bajo el paraguas de leyes que debían haber sido ya derogadas (ley 15/97 y RDL 16/2012) como mínimo.

Solo la presión de las personas en la calle hará caer las acciones genocidas de burócratas al servicio del capitalismo más cruel. Las empresas privadas adjudicatarias de la gestión privada tienen vasos comunicantes con Wall Street, capaces de provocar el hundimiento de la sanidad publica de nuestro país sin pestañear, promover negocios delirantes de turismo quirúrgico del confín de los mares o simplemente dejarnos sin sanidad por el aumento de los sobrecostes y un empeoramiento de la calidad, que ya padecemos y un peligro considerable de nuestra salud pública. Véase el caso reciente sobre el Ébola-efecto privatización, dispersión de los trabajadores públicos preparados para la situación y caos ante el caso).

Ahora bien: ¿Qué pasaría si los trabajadores/as de la sanidad pública y los usuarios/as se organizaran del tal forma que boicotearan todo aquello que supone una merma de derechos sobre la salud, como por ejemplo una huelga de consumo de medicamentos en días parciales o seguidos a cuenta de sufrir bajas de compañer@s, vecin@s o familiares, resultado que ya nos están provocando con sus políticas?

¿Que pasaría si los trabajadores de la sanidad privatizada se negaran a trabajar a no ser que fuera en las mismas condiciones laborales que los trabajadores de la pública?

¿Que ocurriría si los trabajadores de la sanidad pública no consintieran colaborar con el traslado de pacientes a unidades quirúrgicas y de diagnóstico privatizadas denunciando el escaso aprovechamiento de los medios y recursos públicos sanitarios?

¿Qué pasaría si los médicos dejasen de colaborar con FARMAINDUSTRIA (multinacionales buitres) y reivindicasen una industria farmacéutica pública al 100%?

¿Qué ocurriría si el pueblo trabajador de una vez quisiera ser protagonista de su propio destino y exigiese participar en la gestión diaria de la sanidad pública de forma abierta y totalmente horizontal conjuntamente y por igual con el personal sanitario?

¿Qué ocurriría si el pueblo trabajador y el personal sanitario se uniese y denunciase ante los tribunales el robo y expolio de una sanidad pública cada vez más debilitada ante negocios de empresas político sanitarias privadas, tomando a la vez los espacios de forma insurreccional ante el hartazgo de tanto abuso y explotación, gestionando directamente sus propias necesidades?

Todo lo expuesto es más que suficiente para deducir que sólo nos queda un camino: rebelarnos ante el crimen.

* Coordinadora Anti privatización de la Sanidad País Valencià. CAS-PV

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