Y se quedó tan ancho

Y se quedó tan ancho

margallo-holocausto-lqsÁngel Escarpa Sanz. LQSomos. Abril 2015

“Por eso mi sitio está aquí, en cualquier lugar que haya un español que sufra, haya sufrido, esté sufriendo o haya sido martirizado”

Una voz encolerizada debió alzarse en ese momento desde debajo de la tierra para responder a este ministro, pues seguro que en ese mismo momento alguien en nuestro país estaba pendiente de un desahucio, un despido o una decisión judicial injusta que le ponga tras las rejas de cualquier prisión.
No sé qué resulta más cruel, si las palabras, viniendo de un miembro de este Gobierno de extrema derecha, o el hecho de que fuesen pronunciadas por alguien de un partido que siempre se ha negado a condenar la rebelión del 18 de julio, por no hablar aquí de la criminal complicidad con el gobierno de Marruecos en la ocupación de los territorios del Sáhara y los múltiples asesinatos y atropellos de los DD.HH. en aquellas tierras por parte del gobierno de Rabat.

No deja de ser cruel que este señor se permita dichas palabras, mientras se niega la extradición a los últimos supervivientes de aquellos gobiernos del Caudillo a un país como Argentina -a falta de justicia en el nuestro- para ser juzgados, a los torturadores y a los últimos supervivientes de aquellos consejos de ministros donde se daba el visto bueno a aquellas últimas penas de muerte del franquismo.

No deja de ser cruel que sean dichas cuando, a punto de cumplirse 40 años de la muerte en cama del dictador, aún hay personas que reclaman los restos de aquellos fusilados por los padres, abuelos o allegados de estos mismos que hoy nos gobiernan. No deja de ser cruel que aún no hayan sido rescatados de la zanja donde fueran arrojados aquellos que el 19 de julio fueran fusilados en Víznar: Federico García Lorca, en compañía del maestro de escuela Dióscoro Galindo González -al que le faltaba una pierna, para más detalles-, en compañía también de Joaquín Arcollas Cabezas, banderillero de profesión, y de Francisco Galadí Jergal, de la misma profesión.

Qué decir aquí de aquel Gobierno que se extinguió de muerte natural sin haber rehabilitado al poeta Antonio Machado, quién causó baja a todos los efectos del escalafón de Catedráticos de Institutos Nacionales de Enseñanza Media al final de la contienda, por su fidelidad al Gobierno legal de la República, ¡una vez fallecido!, no siendo rehabilitado hasta finales del año 1981.

Más que cruel, pensamos que es una burla que este señor se persone en tierras austriacas para honrar a aquellos mismos españoles que sufrieron persecución, cayeron combatiendo al fascismo o simplemente eran “rojos españoles”, a los que el ministro Serrano Suñer, cuando las autoridades nazis le preguntaron qué debían hacer con ellos, éste se limitó a responderles que estos no eran españoles y que hiciesen con ellos lo que quisieran, con los resultados de todos conocidos.

Dónde estaban entonces estos “demócratas” de toda la vida, sus padres, sus compañeros de viaje y sus antecesores, mientras se pudría en una celda el poeta Miguel Hernández, mientras se fusilaba al héroe de la resistencia en Francia, Cristino García, a Diéguez, a Larrañaga; mientras se ejecutaba a Agustín Rueda, a Julián Grimau, a Agustín Zoroa; mientras se pudrían en las cárceles españolas los sindicalistas, los universitarios que arriesgaban su libertad al hacer una pintada. Dónde estaban estos individuos mientras caían acribillados por las balas de la Policía Armada, la Guardia Civil o los Guerrilleros de Cristo Rey, Pedro Patiño, los cinco trabajadores asesinados en la iglesia de S. Francisco, de Vitoria, un 3 de marzo de 1976, por el solo hecho de haberse encerrado en asamblea en dicho templo; en qué estaban estos zagales, mientras los abogados de la calle Atocha de Madrid caían abatidos por las balas de los asalariados del sindicato vertical de García Carrés.

España entera, no solo la Segunda República, perdió aquella guerra de hace ochenta años. Pero muchos de los que sobrevivimos a las matanzas organizadas de los rebeldes, a sus bombardeos, a sus razias; muchos de los que escapamos a su venganza, salvamos la memoria, que es lo que nos mantiene vivos, unidos y combativos por nuestras ideas, que son las mismas de nuestros padres.

Ya se apropiaron de una de las fechas más emblemáticas en la historia de España por su independencia: el 2 de mayo. Ahora pretenden comprarnos, hacer iguales a los que combatieron al nazismo y a los que lo hicieron en las filas de la División Azul. Parece que se anuncia una nueva “Transición”, precisamente cuando aún no nos hemos recuperado de la primera. Buen intento, pero no vamos a olvidar que, en el fondo de este “guión” orquestado desde el miedo a una nueva guerra civil, esa cruz del Valle de los Caídos se eleva como un monumento a la desmemoria y al escarmiento, precisamente erigido por el mismo dictador que desde su tumba parece orientar el ideario del ministro en cuestión y de todos los que comparten bancada con él. No olvidaremos jamás que al final de la II Guerra Mundial, cuando casi todos los pueblos de la Tierra celebraban el triunfo sobre Hitler en calles y plazas, aquí no fue posible celebrar nada, ya que los fascistas aún seguían en el poder.

Habrían de pintarse ustedes de verde, pedir perdón a este pueblo por todos los sufrimientos que le están infiriendo; pueden condenar aquella matanza de 1936-1939 y la posterior venganza, que no se extinguiría ni con la muerte misma del dictador, y aún seguiremos viendo en ustedes a los crueles vasallos de un sistema depredador que no se sacia ni con la humillación ni con la extinción de los seres más débiles.

No deja de ser cruel, atroz, viniendo esas palabras de un miembro de ese Gobierno que propicia los suicidios por fracaso profesional, por desahucios, por carecer de medios con los que seguir sobreviviendo en esta especie de jungla en que convirtieron nuestras ciudades.
Cruel, viniendo de los que mantienen las lápidas en las fachadas de los templos en homenaje a aquellos que cayeron en la rebelión nazifascista de 1936 del lado franquista.

Cruel, cuando aún se conserva intocable el monumento a los “caídos” que se alzaron en Madrid -en lo que en el pasado fue el Cuartel de la Montaña- contra la Constitución de 1931.
Crueles las palabras, viniendo de un ministro de este Gobierno que, en lugar de administrar la justicia social para con los más débiles, criminaliza la protesta y nos corre en las calles, encarcela al periodista, en lugar de perseguir el delito a gran escala.

Inmorales, con sus fabulosos sueldos, en tanto la señora Aguirre se permite decir que hay que resolver el problema de la mendicidad en Madrid, que tanto afea esa ciudad. ¿Qué va a hacer esta individua: creará un campo de concentración para ellos, los declarará vagos y maleantes, como su iluminado Caudillo?, ¿los mandará gasear, como hacían en los campos nazis los socios del “extinto” con tanto y tanto desgraciado que no alzaba la pata a su paso?
Vergüenza, debiera darles a estos que ya le niegan el acceso a la Universidad al hijo del obrero, éstos, que se permiten la chulería de subir un 1% los salarios -solo para trabajadores en activo y excluidos los funcionarios-, para tratar de presentarse a sí mismos con cierta dignidad a unas elecciones que si hubiese un átomo de vergüenza en este país no podrían ni presentarse.

Vergüenza, gravar con un 21% de IVA la cultura, vergüenza, esas pobres gentes que tienen que pedir un bonobús de caridad porque no tienen ni para transporte, para ir a recoger una bolsa de alimentos a Cáritas; vergüenza, esta monarquía, con ese presupuesto que nos humilla y nos empobrece; vergüenza, esos millones de parados, esa mujer que ejerce la prostitución en la esquina, y que ahora pasa debajo de mi casa, acompañada de su hombre, los dos renqueantes, él empujando una bici, los dos agobiados por el peso de la derrota, mientras se retiran, al no lograr ella ocuparse un rato con un hombre que resuelva el hambre de hoy. Los dos se alejan lanzándose improperios por no haber logrado ese euro imprescindible.
Humillante, un país sin salidas, mientras unos y otros no se cansan de repetir que “ya se ven brotes verdes”.

¿Volverá esta España a comer los cardillos del campo que mis padres y yo recolectábamos en aquellos siniestros años cuarenta?, ¿volverá el tabaco de colillas a las mesas camilla de los hogares más castigados por esta situación?, ¿volverán las colas ante los cuarteles de la posguerra, donde se repartía el rancho sobrante?, ¿volverán aquellas noches de escuchar la Pirenáica o la BBC, para enterarnos de lo que ocurre realmente en el País? ¿Volverá a “ponerse de moda” el carburo en las casas para alumbrarse, cuando nos corten la luz? ¿Volverán las colas en las fuentes públicas –ahora que casi desaparecieron- para conseguir el agua que nos cortaron? ¿Volverán los periódicos en el pecho, para protegernos del frío, cuando ni para una camiseta de felpa alcance?

Bienvenida la extrema derecha, en tiempos de moderación salarial, de moderación en el pensamiento, de moderación en los sueños, en tiempos de moderación sindical.
Bienvenido el fútbol y todas sus variantes; bienvenido el sometimiento y el “sí señor”, de nuevo. Qué nadie se espante… aquí no pasa nada.
¡Viva la Semana Santa, las torrijas, el Real Madrid, los Borbones, el Jabón Lagarto, el Marca, la Lotería Nacional, las quinielas, los jóvenes pintando muñequitos del manga ése, en lugar de leer algo decente u organizarse en ese local obrero desierto!

¡Que viva el Miguelito Bosé, la Ana Rosa Quintana, el Sálvame, la pintada fascista en el barrio obrero, el olor a sardinas fritas en el portal, a falta de dinero para otro pescado “más noble”!
¡Vivan las pipas de girasol ante las “entrañables” sesiones de Cine de Barrio, a falta de los 20 o treinta euros que cuesta ver Fuenteovejuna en un teatro! ¡Que viva la “ley mordaza”, las caminatas a pié hasta el Cerro de los Ángeles, la Policía Nacional, que tanto “nos estima”, el Canal 13, La Marimorena y Ciudadans! ¡Viva Nuestra Señora de los Recortes! ¡Qué viva la sopa de sobre, la “comida de diseño”, la mamadera y la corrupción!

* García Margallo a la prensa en el acto celebrado en Mathausen con motivo del setenta aniversario de la liberación de dicho campo de exterminio.

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2 thoughts on “Y se quedó tan ancho

  1. Me corrijo, ya que el fusilamiento de Lorca y los otros tres compañeros de infortunio se llevó a cabo el 19 de agosto, y no de julio, según Ian Gibson ( La represión de Granada en 1936 y la muerte de Rederico García Lorca. Edcs. Ruedo Ibérico. París. 1971)En cualquier caso, nuestro más emocionado recuerdo por todos los fusilados y represaliados de aquellos años, así como nuestro más firme rechazo por la presencia de cualquier miembro de este Gobierno en homenajes similares. ¡Viva la República! ¡Abajo el fascismo!

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